Janu Hotels
En el diseño de un hotel, existe un modo de diferenciarse que conecta con unos valores más profundos, el diseño para el Bienestar.
Las empresas, los profesionales y los consumidores, todos nosotros, contribuimos a crear un ideal de estilo de vida. Debemos tomar consciencia entonces, de que el mundo de los negocios también responde a las reglas de la vida, donde los líderes de empresas hoteleras tienen el maravilloso poder de ofrecer su marca al servicio de una visión con más significado, entregándose al servicio de la felicidad, es decir, al bienestar de sus clientes.
diseño de un hotel ¿cómo diferenciarse?
Entonces, en el diseño de un hotel ¿Cómo diferenciarse de modo que eleve la propuesta de negocio? La respuesta habita en el propósito, en el deseo de contribución al bienestar.
Conocer lo que hace feliz a las personas es la base para que un negocio hotelero pueda contribuir al bienestar de su cliente. Si consideramos los ejes fundamentales de la felicidad, veremos que emergen tres niveles distintos de bienestar que una marca o servicio puede satisfacer: El bienestar físico, el bienestar emocional y el bienestar espiritual.
diseño de hotel para el bienestar físico
En un primer nivel más básico, se encuentran las necesidades funcionales, las pertenecientes al mundo material y corporal, es decir, las pertenecientes al bienestar físico.
Todos los hoteles resuelven un “problema” funcional, el de ofrecer alojamiento al huésped. Sin embargo, si la intención radica en diferenciarse mediante el diseño de un hotel para el bienestar físico, se debe aportar un valor superior, una diferenciación real y palpable, y para ello, se debe ser realmente especial, no solo parecerlo.
En el lujo de bienestar, es el propio espacio, por sí mismo, quien debe ofrecer un espacio realmente saludable independientemente de los servicios que se ofrezcan en él; y este objetivo, se consigue con la construcción lógica de arquitecturas e interiores con materiales naturales.
La utilización de la materialidad natural debe ser aplicada desde una mirada global y completa del proyecto que comprenda arquitectura exterior e interior implicando todos sus elementos. Desde la propia estructura arquitectónica construida con elementos no metálicos, ya que estos, además de ineficientes térmicamente, generan un efecto rebote infinito de ondas en su interior que inevitablemente afecta al cuerpo humano. Así como una correcta planificación y disposición de la instalación lumínica, que evite la generación de campos electromagnéticos que salven especialmente zonas de descanso donde el cuerpo permanece durante más tiempo en reposo.
Espacios libres de ondas wifi, una excelente calidad del aire interior conseguida a través de eficientes sistemas de renovación y filtrado continuo de aire natural, una óptima regulación de temperatura y humedad interior aportada con una estudiada elección de materiales naturales que combinan estratégicamente estética y eficiencia.
Acabados de piel interior que purifican y regulan el ambiente como yesos naturales, revocos de paredes a base de arcillas o cal, pinturas naturales, pavimentos naturales con acabados a base de aceites o ceras naturales, mobiliario construido con tableros libres de formaldehído y sus tratamientos de acabado incluyendo adhesivos de unión.
Textiles orgánicos y texturas gustosas que despierten nuestros sentidos y nos conecten de nuevo con lo natural y con nuestro propio cuerpo.
Se trata de trasladar los elementos más preciados de la naturaleza al espacio: silencio, belleza y naturalidad elevando el hotel hacia un espacio privado de bienestar natural.
Maureenme Evans
diseño de hotel para el bienestar emocional
En un segundo nivel encontramos el bienestar emocional. La neurociencia ha demostrado que solo el 12% de nuestro proceso de toma de decisiones es puramente racional. El resto, es fruto de la intervención de nuestra mente no cognitiva: las emociones.
La magia ocurre cuando “se hacer sentir”, cuando se toca con con todos los sentidos para despertar el deseo, el placer y el disfrute, creando un espacio estéticamente delicioso.Crear un entorno que propicie un estilo de vida de belleza elevada es puro alimento para el alma y por ende, un potente elemento diferenciador para la marca.
Si trabajamos con la idea en mente de hacer sentir felicidad y deleite, estaremos creando un impacto positivo en las personas que inevitablemente, volverá a nosotros.
Se trata de transportar a un universo de belleza, a un nuevo concepto. Despertar una aspiración a ser y sentirse parte de una vida extraordinaria tocado por una gracia divina; y para ello, el diseño y la belleza son sus creadores. Crear espacios de paz lujosa, de elegancia tranquila, donde encontrar una experiencia de vida elevada y conmovedora.
Maureenme Evans
diseño de hotel para el bienestar espiritual
Hay un tercer nivel de bienestar que está estrictamente ligado a la búsqueda de nuestra identidad, a la incansable búsqueda de sentido a nuestra existencia. Es el nivel del bienestar espiritual.
En esta vida ajetreada en la que nuestra mente salta incesantemente de un pensamiento a otro, la quietud mental y la serenidad se convierten en estados de íntima placidez no comparables con ningún otro. En una era de ansiedad son pocos los momentos que gozan de verdadera serenidad. Cuando el alma está tintada por la insatisfacción profunda, la voracidad y la agitación, no puede haber verdadero disfrute, e incluso lo disfrutable se vivencia con ansiedad.
Cuando hay paz interior, un rayo de sol es un goce maravilloso. Todo ser humano anhela la serenidad, esa «nube» de embriagante quietud que nos conecta con lo más genuino de nosotros mismos, con los demás y con el cosmos. No hay vibración más pura y curativa que la del silencio interior que halla su fuente en la paz interna. Por ello, arquitectura e interiores deben irradiar belleza en un sentido más profundo, deben ser concebidos como el elemento que nos permita conectar con nuestro ser interior, con la paz interna.
El diseño de un hotel pensado para el bienestar espiritual pasa por crear espacios de mirada despejada, libres de interferencias donde hallar silencio visual y mental. Porque el silencio no es sinónimo de vacío minimalista, sino de belleza serena desprendida de todo exceso, de lujo sin ostentación basado en la calidad del espacio, en la luz, la orientación, en su interconexión, en la delicadeza monocroma que unifica y pacifica los espacios, que refuerza la calma a base de materiales naturales para lograr un ambiente relajado. Un espacio capaz de exhibir los objetos bellos que uno elige contemplar.
Este es pues, el propósito de mi trabajo, crear no solo espacio físico, sino espacio mental. Crear espacios que nos regresen al equilibrio.
GLORIA